Como su nombre indica el alfabeto ibérico se usó en España y Portugal, aunque hay rastros del mismo en el sur de Francia también. La familia ibérica de alfabetos consiste de dos "estilos": el meridional o tartésico (turdetano) y el septentrional. Aunque parecen ser el mismo hay diferencias de localización geográfica y de diseño de los caracteres, siendo el primero más antiguo que el segundo. Las inscripciones en ambos sistemas de escritura están grabadas sobre piedra en monumentos o en bronce y plata o pintadas en barro o en paredes. Los orígenes de las escrituras ibéricas son inciertos, habiendo estudiosos que sostienen que ambas proceden del mismo sistema y otros que son de diferente origen. La escritura tartésica es contemplada por algunos como puramente consonántica y una variante de la escritura líbica. La escritura ibérica es vista como un derivado del fenicio o del púnico y por otros descendiente del griego. Sir Arthur Evans sugirió una conexión con las escrituras cretenses, aunque no falta quien afirma que la escritura ibérica es una creación autóctona conectada con los signos geométricos empleados en la España prehistórica. Tal vez la solución al problema estaría si supiéramos el origen de los antiguos pobladores de la Península Ibérica, para lo cual se han propuesto varias teorías:
Uno de los testimonios más antiguos en lengua ibérica es el plomo de Alcoy (figura inferior), que procede del siglo IV a. C. Se trata de un plomo de 171 mm. de largo 62 de ancho por uno de grueso. Por una cara, tiene siete líneas horizontales y dos transversales; por la otra cinco. Las letras miden de 5 a 10 mm. de longitud, y las palabras, por lo general, se hallan separadas por dos o tres puntos alineados. Si bien el plomo estuvo arrugado y doblado, se ha conservado bien su lectura, siendo un monumento muy importante pues es el más largo de todos los conocidos, ya que contiene 342 caracteres. Aunque la lengua es ibérica, la escritura es una variante jónica. La transcripción del mismo se da a continuación:
Otra inscripción famosa es un plomo descubierto en Castellón (figura inferior) y existente en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid); consta de 153 signos y según algunos se trata de una "execratio", es decir, una maldición contra los enemigos de una persona, en este caso del muerto en cuyo sepulcro se encontró el plomo. Plomo del Pujol de Castellón Aquí pueden verse algunos ejemplos de alfabeto ibérico: Tesera celtibérica (figura inferior) de Sasamón (Burgos); anverso y reverso. La trascripción se lee: a.l.e.d.u.u.r.e.s cu.i.r.o.r.e.ci.i.o.s n.o.w.i.tu.u.co.o.s w.e.n.a.i.o.s
La figura inferior es una carta de finales del siglo IV a. C., escrita sobre una placa de plomo y hallada en la ciudad gerundense de Ullastret. Por una cara presenta seis líneas de escritura y por la otra solamente una. Han de notarse los dos o tres puntos puntos como separadores de las palabras.
La figura inferior es otra muestra procedente de Ullastret y de fecha parecida a la anterior. El texto inscrito en cuatro renglones dice: neitin iunstir / eigi kulnika... r / belbitinko enegiar arbigir / artingi ausrikar
En la zona del Levante se ha encontrado material en distintos soportes, como el plomo o la cerámica. La figura inferior muestra un plomo levantino con tres cuerpos de escritura y datado hacia el 300 a. C. La figura inferior muestra la estela de piedra de Sinarcas (Valencia) que contiene 89 signos y cuya trascripción se da a continuación: 1) N S CE BA BA S S L 2) BA I S E DA S I L DU DA S E BA N E 3) N M I S E L DA R BA N M I 4) PE R PE I N A R I E DU CI A 5) R M I CA DU CI A R S E L DA R BA N 6) CA R I E DU CI A R S E L DA R BA N 7) M I BA S I BA L GA R N BA R M I
El vaso de San Miguel de Liria (figura inferior) contiene 57 signos, habiendo sido fechada hacia el tercio final del siglo V a. C.
El bronce de Botorrita (Zaragoza), (figura inferior), es la inscripción en lengua celtibérica y redactada en ibérico más amplia que tenemos con 581 signos en su anverso, amén de unos cuantos más en su reverso. Su descubridor, A. Beltrán, fecha la inscripción hacia el 49 a. C. La inscripción inferior es una tésera procedente de Monreal de Ariza (Guadalajara) y cuya trascripción se lee:
La inferior es una tésera procedente de Huete (Cuenca) y su trascripción se lee: w.e.ti.ta.wa.ca:ca.r(uo)
La inscripción inferior es una tésera celtibérica de procedencia desconocida y cuya trascripción se lee:
La figura inferior muestra un plomo con texto ibérico encontrado en Yatoba (Valencia).
Pero sin duda de todos los testimonios epigráficos de la antigua Celtiberia el que destaca es el bronce de Luzaga (Guadalajara), figura inferior; contiene una inscripción de 123 signos y cuya trascripción es la que sigue: 1) AREGORATICUBOS CARUO CEMEI 2) GORTICA LUTIACEI AUGIS BARASIOCA 3) ERMA UELA TICERSEBOS SO 4) UEISUI BELAIOCUNCUE 5) CEMIS CARIGOCUE CEMIS 6) STAN GORTICAN ELASUMON 7) CARUO TUGIS SABA GORTICA 8) TUIUOREIGIS
La tabla inferior muestra el alfabeto ibérico. Las principales características de este sistema de escritura son la siguientes:
En la figura inferior podemos comparar las diferencias entre los dos alfabetos: el ibérico y el tartésico. La relación existente entre los sistemas de escritura de la Península Ibérica y otros relacionados con ellos se pone de manifiesto al examinar la tabla comparativa inferior.
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